Una de actualidad:
Actualmente se habla mucho del Zika. El zika es una enfermedad vírica transmitida por los mosquitos. Se han dado ya varios casos en España, si bien todos ellos han sido casos de enfermedad importada. Es decir, personas que han estado de viaje fuera de España (Brasil, etc.), han sido picados por mosquitos transmisores del virus, y posteriormente, ya de vuelta, han sufrido los síntomas de la enfermedad.
Es interesante tener más información sobre esto, desmentir algunos mitos, y ponernos en situación, así como concienciar en prácticas recomendadas para prevenirnos.
En primer lugar, el enemigo:
Este amiguito es el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), transmisor del zika y de otras enfermedades. Se trata de una especie de mosquito no autóctona, que ha ido introduciéndose en la península, y que pueden encontrarse sobre todo en la franja mediterránea:
Estos mosquitos actúan como vector del zika (y del dengue y otras lindezas). El zika es un virus que produce fiebres en los humanos. En principio no es una enfermedad grave. Con una sintomatología similar al dengue pero en principio menos severa. Esto es: dolores de cabeza, erupciones, fiebre, malestar, etc.
En principio, aunque sus efectos no parezcan muy importantes, aparece un problema preocupante para la salud: Se ha relacionado el virus con microcefalia en recién nacidos. Esto se podría producir si la madre es picada durante el embarazo y contrae el virus. Esto si resulta en un problema importante para la salud: los niños nacen con una malformación cerebral que en muchos casos conduce a la muerte, y en todo caso supone numerosos problemas para los niños afectados (menor esperanza de vida, complicaciones del desarrollo motor y el cognitivo, etc.).
La mayor parte de estas cosas ya las sabíais: llevan unos días bombardeándonos con ellas en la TV y los medios. Pero que no cunda el pánico. Hay una serie de consideraciones que tener en cuenta, y que no son obvias en un promer momento para el público en general:
- Los mosquitos, aunque muy molestos, no hacen nada por si solos. Es decir, si no hay virus que transmitir, no transmiten ninguna enfermedad. Lo peor que pueden hacer es quitarnos el sueño por las noches o darnos amor en forma de picadura que rascar.
- Para que transmitan el virus y pasen a considerarse vectores, los mosquitos tienen que picar a una persona que tenga el virus en cuestión en una concentración muy alta en la sangre. Esto es: Solo van a infectarse si pican a alguien en las fases más críticas de las fiebres zika. En cualquier otro caso la carga vírica no es lo suficientemente grande como para que actúen como vector.
- El mosquito infectado con gran cantidad de virus debe picar a una persona, y transmitir a su vez la enfermedad, lo cual no se produce siempre y depende de nuevo de la carga vírica. Es decir: la infección sucede solo a veces.
En resumen: Para que la enfermedad del zika se establezca en una zona geográfica (como en España), se necesita que haya muchos mosquitos que nos acosen noche y día, y además que la prevalencia de la enfermedad en la población sea alta, de manera que se maximicen los casos y así más mosquitos actúen como vector y más personas estén infectadas, retroalimentando el ciclo.
Esto, que parece un poco perogrullada, es muy importante. Debido a que la población del mosquito aún no está ampliamente distribuida en España, su transmisión es más difícil. Si a esto unimos que el reservorio del virus zika es muy escaso en la península, tenemos que las posibilidades de que un mosquito se infecte y transmita la enfermedad son muy escasas. Esto explica porqué todos los casos que se han dado son exportados. En zonas tropicales donde los viajeros se infectaron el zika (así como el mosquito) están muy presentes, por lo que las probabilidades de infectarse eran altas en comparación.
Bien, ¿y qué podemos hacer al respecto? No existe un tratamiento o vacuna eficaz contra el zika, por lo que debemos atacar al vector: El mosquito.
Como sabréis, y si no lo sabéis os lo cuento yo, los mosquitos ponen sus huevos en aguas estancadas, donde se desarrollan las larvas para dar lugar a mosquitos adultos y picadores. En su fase adulta, que además suele ser corta, es difícil tratar con ellos, por lo tanto los esfuerzos se centran en evitar que se reproduzcan. Esto es, en no ofrecerles zonas húmedas para que pongan sus huevos.
Desde el ministerio de sanidad y los ayuntamientos se realizan fumigaciones de zonas de peligro, como charcas, alcantarillado, etc. Sin embargo todos podemos ayudar. ¿Cómo? Pues evitando que se formen charcas de cualquier clase en nuestro entorno que los mosquitos puedan utilizar. Es decir, tendremos cuidado de que nuestros parques y jardines no se enchanquen, o de no dejar platos, jarrones, macetas o cualquier otro recipiente bocarriba en exteriores, de modo que las lluvias no formen depósitos de aguas que los mosquitos puedan emplear.
De este modo ayudamos no solo a prevenir que se extienda una enfermedad, si no que además mantendremos alejados de nuestras casas a esos molestos chupasangres, por lo que todos salimos ganando.
Y diréis, ¿a qué viene todo esto? ¿Tanto odias a los mosquitos como para escribir semejante tocho? Pues bien: Como profesores, el tema de actualidad creo que puede ser lo suficientemente interesante como para trabajarlo en clase, ya que aborda la biología, los ciclos vitales de los organismos y la patología y prevención de enfermedades. Como alumnos, es una información lo más clara y concisa posible, que aclara muchas de las cosas que a veces dicen de manera confusa en la televisión, y que es curiosa e interesante de conocer.
Obviamente, cualquier duda o aportación será bien recibida en los comentarios. Y recordad:
"Pican, pican los mosquitos. Pican con gran disimulo, unos pican en la cara, y otros pican en el..."
Muy buena Antonio, bien argumentado para los más hipocondríacos.
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